O Instituto de Energía, con sede en el Reino Unido, asumió la responsabilidad de publicar World Energy Statistical Review, publicado anteriormente por BP Plc. Durante casi siete décadas, este informe ha sido una fuente vital de datos integrales, que proporciona información sobre existencias, flujos y combustión de hidrocarburos, así como datos sobre generación de energía y precios de metales clave para la transición energética, como el cobalto y el litio.
La importancia de este informe va más allá, ya que proporciona una visión integral del proceso de producción de energía, así como un paso crucial en la evaluación del desempeño de los sistemas energéticos. Para los analistas experimentados en el campo de la energía y el clima, el informe sigue siendo una lectura esencial, ya que brinda información valiosa sobre la industria y las tendencias energéticas globales.
El consumo mundial de energía primaria alcanzó un máximo histórico el año pasado con más de 600 exajulios. Esto es el doble del consumo mundial de energía en 1985 y cuatro veces el nivel de 1965, cuando comienzan los datos de la Revisión Estadística. La demanda mundial de energía está aumentando, pero es una pantalla dividida en términos económicos. La demanda en los países de la OCDE ha caído 3,4% en términos absolutos desde 2007, mientras que en el resto del mundo ha crecido casi sin parar al mismo tiempo.
En términos relativos, el papel de la OCDE en la demanda mundial de energía sigue disminuyendo, aunque lentamente. En 2007, representó poco menos de la mitad del consumo total de energía; hoy, es menos de 39%. Las preguntas críticas para el futuro de la energía son cuánto puede disminuir esta demanda a largo plazo y qué tan rápido los países que no pertenecen a la OCDE pueden alcanzar su propio pico colectivo.
La demanda de combustibles fósiles continúa creciendo a nivel mundial, con niveles récord de consumo de carbón y gas. Entre los combustibles fósiles, el petróleo mantiene su posición dominante a lo largo del tiempo. En 1965 ya era la fuente de energía fósil más consumida, y esta tendencia persistió casi siete décadas después, en 2022, consolidándose como el combustible fósil más demandado.
El consumo mundial de energía procedente del petróleo, el carbón y el gas ha experimentado un aumento significativo desde 2011 hasta el año pasado. Entre estos combustibles fósiles, el gas mostró el mayor aumento, seguido del petróleo, que representó alrededor de dos tercios del aumento total del gas. En tercer lugar, está el carbón, que aportó aproximadamente un tercio de este aumento. Estos números reflejan una dependencia creciente de los combustibles fósiles, lo que apunta a desafíos adicionales en la transición a fuentes de energía más sostenibles.
La dinámica del comercio de gas natural está experimentando cambios significativos, con el gas natural licuado (GNL) asumiendo un papel cada vez más importante. Durante décadas, los gasoductos dominaron el comercio interregional de gas, pero desde 2020, el GNL ha liderado el camino en términos de volumen total. Este cambio está impulsado por varios factores, incluida la guerra en curso en Ucrania y las restricciones impuestas por Rusia a las exportaciones de sus oleoductos. Además, el creciente comercio de GNL liderado por EE. UU. también está contribuyendo a esta tendencia. Es posible que esta transformación en el mercado del gas natural continúe en los próximos años, cambiando la dinámica geopolítica y económica del sector energético mundial.
La composición de la matriz energética global ha sufrido transformaciones significativas a lo largo de las décadas. Hace sesenta años, la energía hidroeléctrica representaba un asombroso 95% de los electrones de emisión cero generados en todo el mundo. Sin embargo, a medida que avanzaba el siglo, la participación de la energía hidroeléctrica se redujo a 47,2%, mientras que la energía nuclear, por un pequeño margen, la superó, representando 48,6% del total. Este cambio en el liderazgo de las fuentes de energía limpia refleja los diferentes enfoques que están adoptando los países en la búsqueda de una electricidad más sostenible y subraya la creciente importancia de la energía nuclear como alternativa baja en carbono.
El sector de las energías renovables, además de la energía hidroeléctrica, ha experimentado un crecimiento impresionante año tras año. De 2021 a 2022, la generación renovable no hidroeléctrica aumentó en más de 500 teravatios hora, una marca significativa que iguala toda la electricidad consumida por Francia a lo largo del año 2022. Esta impresionante cifra también se aproxima al consumo de energía de Alemania, destacando el rápido avance de fuentes renovables en la matriz energética mundial. Estos datos indican un claro impulso hacia una transición energética más sostenible, impulsada por una mayor capacidad de generación eólica, solar y otras fuentes limpias en diferentes partes del mundo.
El futuro de la energía enfrenta desafíos significativos, y es esencial comprender hasta qué punto la demanda global puede disminuir con el tiempo y cómo los países que no pertenecen a la OCDE pueden alcanzar el consumo máximo. Estos temas son fundamentales para la sostenibilidad energética global y para la búsqueda de soluciones que equilibren el crecimiento económico con la preservación del medio ambiente.