Durante la apertura de una cumbre -en Malasia-, se enfatizó que el objetivo de alcanzar la cero neto a nivel mundial no se puede lograr sin la participación activa de Asia. Tengku Muhammad Taufik, director ejecutivo de la compañía estatal de petróleo y gas Petronas, enfatizó que la región asiática desempeñará un papel crucial en la transición hacia una economía sostenible. Con pronósticos que indican que Asia representará la mitad del Producto Interno Bruto (PIB) global para 2040 y será responsable de alrededor de 40% del consumo mundial, está claro cuán importantes son sus acciones para lograr los objetivos globales.
Asia, con su población en constante crecimiento y su rápida urbanización, enfrenta desafíos significativos con respecto a la sostenibilidad y la gestión de los recursos naturales.
Un informe reciente publicado por la Agencia Internacional de Energía trajo información preocupante sobre las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en Asia. Según el informe, las economías en desarrollo y los mercados emergentes de la región experimentaron un aumento de 4,2% en las emisiones en 2022, superando el crecimiento observado en otras partes del mundo. Estos datos alarmantes resaltan la necesidad urgente de abordar el problema de las emisiones en Asia, especialmente cuando más de la mitad de ese aumento se atribuye a la generación de energía a base de carbón.
Es importante reconocer que los combustibles fósiles como el petróleo, el carbón y el gas natural han sido la principal fuente de energía mundial durante décadas. Estos recursos son ampliamente utilizados en diferentes sectores, desde el transporte hasta la generación de electricidad y la calefacción residencial e industrial. Sin embargo, también es ampliamente conocido que la quema de estos combustibles es responsable de altas emisiones de gases de efecto invernadero, lo que contribuye al cambio climático y sus impactos.
La inclusión de los combustibles fósiles en la base energética, al menos en la primera mitad del siglo, se ve como un acercamiento gradual a la transición energética. Esto permite que las tecnologías de energía renovable y alternativa se desarrollen e implementen de manera sostenible, asegurando un suministro de energía estable en el proceso.
Sin embargo, es imperativo señalar que la inclusión de los combustibles fósiles se señala como una solución temporal y transitoria. A medida que se desarrolle la tecnología y la infraestructura necesarias, se recomienda acelerar la transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles, reduciendo gradualmente la dependencia de los combustibles fósiles.
Como tal, con una participación tan importante en la economía mundial, la región tiene la oportunidad de liderar la transición hacia una economía baja en carbono y promover prácticas sostenibles en varias industrias clave. Esto podría incluir una mayor inversión en energías renovables como la solar, la eólica y la hidroeléctrica, además de fomentar el uso de tecnologías más eficientes y bajas en carbono.
