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Para un estado de ánimo positivo

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La Economía Azul como Motor de Crecimiento Sostenible

La Comisión Europea lanzó recientemente su nueva estrategia de economía azul, una iniciativa que tiene como objetivo promover el crecimiento sostenible del sector marítimo y costero en Europa. La agenda de la economía azul tiene como objetivo explotar los recursos marinos de manera responsable y sostenible, al tiempo que fomenta la innovación y la creación de empleo.

A través de esta nueva estrategia, la Unión Europea pretende estimular el crecimiento económico y la creación de empleo en el sector marítimo, al tiempo que protege el medio ambiente y los ecosistemas marinos. La economía azul representa un enorme potencial para la Unión Europea, con un valor añadido bruto estimado de 750 000 millones de euros y la creación de alrededor de 5 millones de puestos de trabajo.

La agenda de la economía azul prevé una serie de medidas concretas, entre las que se encuentran el fomento de la investigación y la innovación, el desarrollo de tecnologías limpias y sostenibles, la mejora de la gestión de los recursos marinos y el fomento del turismo costero y marítimo. La estrategia también apoya el desarrollo de nuevas industrias y servicios basados en el mar, como la acuicultura, las energías renovables marinas y la biotecnología marina.

La Comisión Europea considera que la economía azul es fundamental para que Europa logre sus objetivos climáticos y medioambientales, así como para garantizar la seguridad alimentaria y energética. Además, la economía azul puede ayudar a crear nuevos puestos de trabajo en las regiones costeras e insulares, que a menudo se ven afectadas por la estacionalidad y el desempleo.

Las poblaciones que viven en las zonas costeras contribuyen significativamente a la economía global, generando alrededor de US$ 1,5 billones por año, con estimaciones de que este volumen aumentará a US$ 3 billones para 2030. Estos números son parte de la llamada Economía Azul, modelo de desarrollo económico sostenible. basada en la explotación responsable y consciente de los recursos marinos, englobando todas las riquezas y valores derivados de los océanos.

Uno de los desafíos clave de la economía azul es comprender y gestionar de manera más efectiva los diferentes aspectos de la sostenibilidad de los océanos, desde la pesca sostenible hasta la salud de los ecosistemas y la prevención de la contaminación. Además, la gestión sostenible de los recursos oceánicos requiere la colaboración a través de fronteras y sectores, a través de asociaciones variadas y en una escala sin precedentes.

La economía azul engloba sectores relacionados con la vida marina y los recursos renovables de los océanos, como la pesca, así como sectores relacionados con recursos no vivos y considerados “no renovables”, como las industrias extractivas (dragado, minería de aguas profundas, petróleo y gas costa afuera) cuando se realicen de manera sostenible y que no causen daños irreversibles a los ecosistemas.

Según el Banco Mundial, la economía azul es el uso sostenible de los recursos oceánicos para impulsar el crecimiento económico, mejorar los medios de vida y generar empleos, al mismo tiempo que se preserva la salud de los ecosistemas marinos. Esta definición se complementa con la de la Comisión Europea, que cubre una amplia gama de sectores interconectados establecidos y emergentes.

La agenda de la economía azul, propuesta por la Comisión Europea, puede contribuir a la mitigación del cambio climático mediante el desarrollo de energías renovables en alta mar, la descarbonización del transporte marítimo y la promoción de puertos verdes. También puede impulsar una economía más circular al adoptar patrones de pesca renovables, implementar el reciclaje de barcos y establecer procesos de desmantelamiento de plataformas en alta mar. Además, la promoción de infraestructura verde en las zonas costeras puede preservar la biodiversidad y los paisajes, beneficiando el turismo y la economía costera.

Conservación Internacional agrega que la economía azul también incluye beneficios no negociables como el almacenamiento de carbono, la protección costera, los valores culturales y la biodiversidad.

Recientemente, Naciones Unidas definió la economía azul como una economía que abarca varios sectores económicos y políticas relacionadas, que determinan si el uso de los recursos oceánicos es sostenible.

Sin embargo, enfrenta una serie de desafíos que limitan su potencial de desarrollo. A lo largo de la historia, los ecosistemas acuáticos han sido considerados recursos ilimitados y lugares para la eliminación de desechos, lo que ha llevado a una explotación desenfrenada. Sin embargo, estos recursos están lejos de ser ilimitados y los impactos de este enfoque son cada vez más evidentes, especialmente en las zonas costeras, que sufren el cambio climático.

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