La energía química es una forma de energía potencial asociada con enlaces químicos entre átomos y moléculas. Se libera o absorbe durante reacciones químicas, dando como resultado transformaciones en la estructura molecular y, en consecuencia, liberación de energía, que puede manifestarse como electricidad, luz o calor. Los ejemplos comunes incluyen la energía almacenada en combustibles, baterías y procesos biológicos como la fotosíntesis.

La generación eléctrica calificada se refiere a la producción de energía eléctrica realizada por empresas o emprendimientos que no son concesionarios tradicionales de energía eléctrica. Estas empresas utilizan fuentes de energía renovables o no renovables para generar electricidad e inyectarla directamente al sistema eléctrico, generalmente vendiendo el excedente a la distribuidora de energía. Es una forma de generación descentralizada, donde varios actores privados o instituciones pueden participar en el mercado eléctrico. En este caso, la generación calificada se caracteriza por la producción independiente de energía eléctrica por parte de las unidades consumidoras, tales como industrias, comercios y propiedades rurales, que también actúan como generadoras de energía. El objetivo es permitir que estas unidades produzcan su propia electricidad, reduciendo costos y contribuyendo a la seguridad y eficiencia del sistema eléctrico.

La Gestión Energética con Automatización es un concepto avanzado y eficiente destinado a optimizar el consumo y control de los recursos energéticos en diversos sectores, como el residencial, comercial, industrial e institucional. Este enfoque busca mejorar la eficiencia energética, minimizar los residuos y reducir los impactos ambientales relacionados con el uso indiscriminado de electricidad. Mediante la aplicación de tecnologías de automatización y sistemas inteligentes, la Gestión Energética con Automatización permite monitorear, analizar y controlar con precisión los dispositivos y equipos que consumen energía. Los sensores, actuadores y dispositivos de medición se integran en una plataforma central, lo que permite una gestión proactiva y dinámica del consumo.

Sistema en el cual la energía activa es inyectada por una unidad consumidora con microgeneración o minigeneración distribuida en la red del distribuidor local, concedida como préstamo gratuito y posteriormente compensada con el consumo de energía eléctrica activa o contabilizada como crédito de energía de las unidades de consumo participantes del sistema. Este sistema es específico y aplicable solo en Brasil.

Centrales Hidroeléctricas, incluyendo centrales de flujo de agua que tengan viabilidad de control variable de su generación de energía, cogeneración calificada, biomasa, biogás y fuentes de generación fotovoltaica, limitadas, en este caso, a 3 MW (tres megavatios) de potencia instalada, con acumuladores cuyos valores de energía despachada a los consumidores finales presenten capacidad de modulación de generación mediante el almacenamiento de energía en acumuladores, en una cantidad de, al menos, 20% (veinte por ciento) de la capacidad de generación mensual de la central generadora, que puedan ser despachados mediante un controlador local o remoto.

Diferencia positiva entre la energía eléctrica inyectada y la energía eléctrica consumida por una unidad consumidora con microgeneración o minigeneración distribuida perteneciente a un prosumidor, calculada por tarifa en cada ciclo de facturación, excepto para los casos de proyectos con unidades consumidoras múltiples o generación compartida, donde el excedente de energía eléctrica podrá ser toda la energía generada o inyectada en la red de distribución por la unidad generadora, a criterio del prosumidor titular de la unidad consumidora con microgeneración o minigeneración distribuida.

Conjunto de unidades consumidoras localizadas en una misma propiedad o en propiedades contiguas, sin separación por vias públicas, paso aéreo o subterráneo o por propiedades de terceros no integrantes del proyecto, en las cuales las instalaciones para dar servicio de las áreas de uso común, a través de las cuales se conecta la microgeneración o minigeneración distribuida, constituyen una unidad consumidora distinta, con la utilización de la energía eléctrica de manera independiente, de responsabilidad del condominio, de la administración o del propietario del desarrollo.

Energía eléctrica excedentaria no compensada por una unidad consumidora participante del SECS en el ciclo de facturación en que fue generada, la cual será registrada y destinada para su uso en ciclos de facturación posteriores, o vendida al concesionario o permisionario conectado al centro consumidor-generador .

Titular de una instalación de generación consumidora con microgeneración o minigeneración distribuida.

Fondo sectorial establecido por la Ley nº 10.438, de 26 de abril de 2002. Es un fondo sectorial que financia diversas políticas públicas con recursos provenientes de subsidios privados, o subsidios cruzados, y subsidios públicos, establecido por la Ley nº 10.438, de 26 de abril de 2002. El CDE es un mecanismo específico y aplicable solo en Brasil. (sugestão)

Reunión de personas físicas y/o jurídicas consumidoras de energía eléctrica. Instituida para la generación de energía para autoconsumo, con servicio a todas las unidades consumidoras por un mismo distribuidor.

Modalidad caracterizada por las unidades de consumo de propiedad de una misma persona jurídica, incluyendo matriz y filiales, o una persona física que posea una unidad consumidora con microgeneración o minigeneración distribuida, con el suministro de todas las unidades consumidoras por el mismo distribuidor.

Modalidad de microgeneración o minigeneración distribuida eléctricamente junto a la carga, participante del Sistema de Compensación de Energía Eléctrica (SCEE), en la cual el excedente de energía eléctrica generada por unidad consumidora propiedad de un consumidor-generador, ya sea persona natural o jurídica, es compensado o acreditado por la misma unidad consumidora.

Planta generadora de energía eléctrica renovable o de cogeneración calificada que se no clasifique como microgeneración distribuida y que tenga una potencia instalada, en corriente alterna, superior a 75 kW (setenta y cinco kilovatios), inferior o igual a 5 MW (cinco megavatios) para las fuentes despachables y menor o igual a 3 MW (tres megavatios) para las fuentes no despachables, según la normativa de la Aneel, conectada a la red de distribución eléctrica a través de instalaciones de unidades consumidoras.

Planta generadora de energía eléctrica, con potencia instalada, en corriente alterna, menor o igual a 75 kW (setenta y cinco kilovatios), y que utilice cogeneración calificada, según las normas de la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel), o fuentes renovables de energía eléctrica, conectada a la red de distribución de energía eléctrica a través de instalaciones de unidades consumidoras.

Son fuentes de energía basadas en fuentes inagotables y limpias, como la solar, eólica, hidroeléctrica, geotérmica, biocombustibles gaseosos (biogás y biometano) y otros. Estas fuentes de energía se consideran renovables porque se renuevan naturalmente con el tiempo, sin agotar sus reservas. Además, se consideran sostenibles porque su producción y uso minimiza el impacto ambiental negativo y promueve una sociedad más equilibrada y justa. “Sostenibilidad” es el término utilizado para referirse a este enfoque. “Energía renovable” es el término utilizado para referirse a las fuentes de energía. Ante esto, el uso de energías renovables y sustentables es fundamental, ante los desafíos globales del cambio climático y la escasez de recursos naturales. Además, “Transición Energética” es el término utilizado para referirse al cambio hacia el uso de fuentes de energía renovables y sostenibles. Por lo tanto, la transición energética es una parte crítica del esfuerzo global para lograr un futuro más limpio, justo y sostenible.

El almacenamiento de energía es la capacidad de almacenar energía en un dispositivo, sustancia o sistema para su uso posterior. Las fuentes de energía renovable, como la solar y la eólica, no son intermitentes sino variables, lo que significa que la cantidad de energía que producen puede fluctuar según el clima y las condiciones meteorológicas. Para hacer que estas fuentes de energía sean más confiables y utilizables, los sistemas de almacenamiento de energía se utilizan para almacenar el exceso producido durante los períodos de alta producción y baja demanda, y liberarlo cuando la demanda es alta y la producción es baja, lo que ayuda a estabilizar la red eléctrica. Hay varias tecnologías de almacenamiento de energía disponibles, como el sistema de almacenamiento de energía, los supercondensadores, el hidrógeno y los sistemas de almacenamiento térmico.

Iniciativa de Objetivos Basados en la Ciencia (SBTi) es una alianza global entre empresas, ONG y gobiernos con el propósito de combatir el cambio climático de manera concreta. El SBTi desafía a las empresas a establecer metas ambiciosas y alineadas con las directrices científicas, con el fin de contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. La iniciativa también ofrece apoyo a las empresas para evaluar y monitorizar el impacto de sus acciones en el clima y la sociedad, asegurando que estén alineadas con los objetivos de sostenibilidad y desarrollo global.

Las emisiones negativas se refieren a acciones para eliminar activamente los gases de efecto invernadero (GEI), como el dióxido de carbono, de la atmósfera para lograr un balance negativo de emisiones de carbono. Esto se hace a través de técnicas de captura y almacenamiento de carbono, plantación de árboles y restauración forestal, entre otras acciones. El objetivo final es contribuir a mitigar los efectos del cambio climático y proteger el medio ambiente.

“Climate Positive” es un concepto que se refiere a acciones que tienen como objetivo no solo neutralizar, sino también reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que resulta en un balance positivo del impacto climático. Esto se logra a través de prácticas sostenibles, inversión en fuentes de energía renovable, así como proyectos destinados a la captura y almacenamiento de carbono. El objetivo final es lograr un impacto positivo en el clima y contribuir a mitigar los efectos del cambio climático.

Es el concepto de acciones encaminadas a reducir la cantidad de gases de efecto invernadero (GEI), como el dióxido de carbono (CO2), en la atmósfera hasta superar la cantidad emitida. Esto se logra a través de prácticas de mitigación y compensación de emisiones, como la implementación de fuentes de energía renovable, la plantación de árboles y otras actividades que resultan en la captura de carbono. El objetivo final es crear un balance de carbono negativo, trayendo beneficios para el medio ambiente y la salud humana.

Zero Carbon es un concepto que busca reducir a cero las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en los procesos de producción y consumo. Este enfoque es clave para combatir el cambio climático, ya que las emisiones de GEI son responsables del aumento de las temperaturas globales. El objetivo es producir energía sin emitir gases de efecto invernadero y, así, preservar el equilibrio del clima para las generaciones futuras. Alcanzar el Carbono Cero es un desafío complejo, pero esencial para proteger el medio ambiente y asegurar un futuro sostenible.

Carbon Free se refiere a la ausencia de emisiones de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono (CO2), provenientes de la producción de energía u otras actividades humanas. La producción de energía sin emisiones de carbono se logra mediante el uso de matrices energéticas renovables, como la solar, eólica o hidroeléctrica.

Carbono Neutro es un concepto que hace referencia a la neutralización de las emisiones de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono (CO2), que produce una empresa, individuo o país. Se puede lograr a través de acciones que reduzcan las emisiones directas e indirectas, así como invirtiendo en proyectos que promuevan la captura y almacenamiento de carbono. El objetivo final es equilibrar las emisiones producidas con las acciones de compensación, convirtiéndose en una empresa o país “carbono neutral”.

El objetivo de Net Zero se basa en la idea de equilibrar las emisiones de gases de efecto invernadero con su eliminación de la atmósfera a través de acciones de absorción, como la reutilización y el reciclaje, y aplicaciones de tecnologías y fuentes de energía limpia. De esta forma, es posible minimizar el impacto del calentamiento global y preservar el medio ambiente para las generaciones futuras.

Net Zero Carbon Emissions es el concepto de neutralidad de carbono, que se refiere al objetivo de equilibrar las emisiones de gases de efecto invernadero con la cantidad de gases eliminados de la atmósfera. La principal fuente de estas emisiones es el dióxido de carbono (CO2), liberado a la atmósfera a través de actividades humanas como la quema de combustibles fósiles y la degradación forestal. El objetivo de Emisiones Netas de Carbono Cero se logra a través de acciones específicas para reducir las emisiones de CO2 y aumentar la eliminación de CO2 de la atmósfera, así como tecnologías de captura de carbono y proyectos de reforestación. La implementación de estas medidas es crucial para prevenir el calentamiento global y sus efectos negativos en el medio ambiente, la economía y la salud humana.

Neto Cero se refiere al balance entre las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por una empresa, país o individuo y las acciones de compensación y mitigación, de modo que, al final de un período determinado, las emisiones de GEI sean iguales a cero.

Los eventos climáticos extremos (ECE) son desastres climáticos excepcionalmente intensos que ocurren repentinamente y tienen un impacto significativo en la sociedad, el medio ambiente y la economía. Se caracterizan por condiciones climáticas extremas como altas temperaturas, fuertes lluvias, huracanes, inundaciones, sequías e incendios forestales. Estos eventos generan importantes desafíos para la gestión de los recursos naturales, la implementación de políticas ambientales y la protección de la salud humana, así como de la economía, la cultura y los ecosistemas.

El Calentamiento Global es un fenómeno que hace referencia al aumento de la temperatura media de la Tierra. Es causado principalmente por la emisión de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono liberado por la actividad humana, como la quema de combustibles fósiles. El calentamiento global tiene graves impactos en el medio ambiente, como el derretimiento de los glaciares, el aumento del nivel del mar, el cambio climático extremo y la extinción de especies. Es importante que las naciones trabajen juntas para implementar soluciones que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero y protejan nuestro planeta. Las acciones individuales, como la reducción del consumo de energía y la adopción de fuentes de energía renovables, también son cruciales para combatir el calentamiento global.

El Cambio Climático son cambios permanentes y significativos en la composición de la atmósfera, la temperatura y las condiciones climáticas de la Tierra. Son causados por la acción humana, como la emisión de gases de efecto invernadero, y por procesos naturales, como la actividad solar. Estos cambios pueden provocar un aumento de la temperatura global y del nivel del mar, así como cambios en los patrones climáticos, incluidas las lluvias, las sequías y las tormentas. Las consecuencias de estos cambios incluyen impactos en la biodiversidad, la salud humana, los recursos hídricos, la agricultura y la economía.

El cambio climático son los cambios en la temperatura, la composición química de la atmósfera y el régimen de precipitaciones, causados por el calentamiento global. Este es el resultado de la emisión de gases de efecto invernadero, resultantes de actividades humanas como la quema de combustibles fósiles y la deforestación. El calentamiento global eleva la temperatura del planeta, impactando directamente en la salud, la agricultura, la biodiversidad, los recursos hídricos, la economía y la seguridad global. El cambio climático se considera permanente y la necesidad de actuar para combatirlo es urgente.

La descarbonización es el proceso de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y otros gases contaminantes a la atmósfera. Se basa en el uso de matrices energéticas limpias y renovables para la generación de electricidad, que incluyen fuentes como la solar, eólica, hidroeléctrica (incluida la mareomotriz) y biocombustibles. La descarbonización tiene como objetivo sustituir el uso de combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas natural, por combustibles renovables y limpios en la generación de electricidad, con el fin de abastecer la cadena productiva de forma sostenible. Esta es una medida importante para preservar el medio ambiente y garantizar una energía renovable y más limpia para las generaciones futuras.

La Matriz Energética Limpia y Renovable está conformada por fuentes de energía eléctrica generadas a partir de recursos naturales renovables, como la solar, eólica, hidroeléctrica y bioenergía. Estas fuentes de energía son limpias y no dañan el medio ambiente, contribuyendo a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera terrestre. Además, son inagotables y renovables, asegurando una fuente de energía para las generaciones futuras. Así, la transición a una matriz energética limpia y renovable es fundamental para la protección del medio ambiente y para el desarrollo sostenible de la sociedad.

Las Fuentes Limpias y Renovables se generan a partir de recursos naturales inagotables, como la energía solar, la eólica, la hidroeléctrica, la geotérmica, la bioenergía y la energía undimotriz. Estas fuentes se consideran limpias, ya que no liberan residuos tóxicos a la atmósfera y no causan daño al medioambiente. Asimismo, la generación de energía a partir de fuentes renovables contribuye a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, siendo una alternativa viable para un futuro más sostenible y saludable para el planeta.

Energía Renovable Certificada es la garantía de que la electricidad vendida proviene de fuentes renovables y limpias, como solar, eólica, hidroeléctrica, biomasa y otras. Esta garantía se proporciona mediante el uso de instrumentos financieros, como los REC (Certificados de energía renovable) o los I-REC (Certificados de energía renovable reconocidos internacionalmente). Los certificados REC e I-REC son emitidos por generadores de energía renovable y permiten a las empresas y consumidores finales demostrar su compromiso con las fuentes de energía limpias y renovables. La compra de estos certificados ayuda a impulsar el mercado de las energías renovables y contribuye a cumplir los objetivos de desarrollo sostenible.

La Transición Energética es el proceso de cambio de la matriz energética de los países para que opten por fuentes de energía renovables en sustitución de las actuales fuentes generadoras de energía contaminantes, basadas en combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas natural. El Objetivo de Desarrollo Sostenible 7 de la ONU establece que todas las personas deben tener acceso a una energía asequible, limpia y sostenible para el 2030, lo cual requiere acelerar la implementación de fuentes de energía renovables en todos los países miembros de la ONU.

La Compensación Individual de GEI es una acción voluntaria para combatir el cambio climático mediante la reducción de las emisiones de GEI. Esto se puede lograr a través de prácticas de consumo sostenible, como el uso de fuentes de energía renovables o la compensación de emisiones individuales con la compra de créditos de carbono. Actividades como plantar árboles, utilizar transporte no contaminante, ser conscientes en el uso de los recursos naturales, entre otras, también se consideran compensación individual de GEI. Herramientas como las calculadoras de emisiones de GEI ayudan a las personas a comprender su huella de carbono y compensar sus emisiones. Por lo tanto, la compensación individual de GEI es una forma fácil y efectiva de contribuir a un futuro más sostenible.

El Plan de Mitigación de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) es una estrategia para lograr la reducción de las emisiones de GEI y monitorear la efectividad de las medidas implementadas. Incluye objetivos y métricas claros para medir el éxito de las acciones de reducción de emisiones y puede basarse en programas de eficiencia energética, fuentes renovables, prácticas agrícolas sostenibles y tecnologías verdes. Se requiere una evaluación continua y ajustes periódicos para garantizar la eficacia de la mitigación. La implementación de planes de mitigación de emisiones de GEI es importante para combatir el cambio climático y para el futuro sostenible de la Tierra.

La reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) es una estrategia fundamental para combatir el cambio climático. Consiste en reducir sistemáticamente la producción o los medios de consumo que generan emisiones de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O). Esta reducción forma parte de la Contribución Nacionalmente Determinada (NDC), establecida tras el Acuerdo de París de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), meta obligatoria para todos los países miembros. La reducción de las emisiones de GEI implica la implementación de medidas efectivas para reducir las emisiones, como la eficiencia energética, el uso de fuentes de energía renovables, la implementación de prácticas agrícolas sostenibles y la implementación de tecnologías verdes. Además, la reducción de las emisiones de GEI es un problema global que requiere la cooperación internacional y la participación de todos los sectores, incluidos los gobiernos, las empresas y la sociedad civil.

El Inventario de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) es una herramienta importante para medir la cantidad de gases causantes del efecto invernadero producidos por una organización, procesos industriales, gobiernos o sectores económicos, permitiendo identificar las principales fuentes de emisión de gases de efecto invernadero y proporciona informaciones valiosas para la implementación de estrategias de mitigación y reducción de estos gases. Los inventarios de emisiones de GEI son elaborados periódicamente, siendo fundamentales para el seguimiento y la evaluación de las acciones de mitigación y preservación del medioambiente, así como cruciales para la lucha contra el cambio climático.

La medición de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) es un aspecto crítico de la evaluación y gestión ambiental. Es un proceso cuantitativo que permite cuantificar las emisiones de gases contaminantes asociados a las actividades humanas, como la producción de energía, el transporte, las industrias, etc. Es una herramienta vital para la planificación estratégica para reducir las emisiones de GEI y alcanzar los objetivos de sostenibilidad global. La metodología para medir las emisiones de GEI se basa en fuentes de datos confiables y estándares técnicos rigurosos, incluidas las pautas establecidas por el GHG Protocol. El resultado es una estimación precisa y consistente de las emisiones de GEI, que brinda información valiosa para la toma de decisiones y la implementación de medidas de reducción de emisiones.

Los Gases de Efecto Invernadero (GEI) son gases que contribuyen al efecto invernadero y al aumento de la temperatura global. Estos gases se liberan a la atmósfera a través de actividades humanas como la quema de combustibles fósiles, la agricultura y la industrialización. Los principales gases de efecto invernadero son el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4), el óxido nitroso (N2O) y los gases fluorados como los hidrofluorocarbonos (HFC), los perfluorocarbonos (PFC), el hexafluoruro de azufre (SF6) y el trifluoruro de azufre (NF3). La cantidad de estos gases en la atmósfera ha aumentado significativamente, provocando cambios climáticos peligrosos para la vida humana y la naturaleza. Es importante tomar medidas para reducir las emisiones de estos gases y preservar el planeta para las generaciones futuras.

El alcance 3 es un concepto utilizado en la contabilización de las emisiones indirectas de gases de efecto invernadero (GEI), es decir, abarca aquellas originadas por actividades que son resultado de las actividades de la empresa, pero que ocurren fuera de su esfera de control directo. Es una categoría amplia e incluye las emisiones relacionadas con los ciclos de vida de los productos y servicios, la cadena de suministro y las actividades relacionadas con el uso final de los bienes producidos por la empresa. El alcance 3 es importante porque puede representar la mayoría de las emisiones totales de una empresa y, por lo tanto, es un área clave para las acciones de descarbonización. Para las empresas adheridas al Greenhouse Gas Protocol (GHG Protocol), el denominado Alcance 3 no es un ítem obligatorio.

El alcance 2 es un concepto relacionado con el inventario de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que abarca las emisiones indirectas resultantes de la generación de energía adquirida por la organización. Es importante que las empresas realicen un control de sus alcances 1 y 2 para que puedan entender el origen de sus emisiones de GEI y buscar estrategias de mitigación y reducción. Este control es fundamental para la transparencia, la responsabilidad y la implementación de acciones sostenibles. Para las empresas adheridas al Greenhouse Gas Protocol (GHG Protocol), el denominado Alcance 2 es un ítem obligatorio.

El alcance 1 del GHG Protocol es un concepto que se utiliza para contabilizar las emisiones de gases de efecto invernadero. Se refiere a las emisiones directas, es decir, las generadas directamente por la actividad de la empresa, como el consumo de combustibles fósiles en sus instalaciones. El alcance 1 se considera el nivel más básico de contabilidad de emisiones. Es importante establecer una línea base para futuras acciones de mitigación y monitorear la eficiencia energética de la empresa. Por ello, para las empresas adheridas al Greenhouse Gas Protocol (GHG Protocol), el denominado Alcance 1 es un ítem obligatorio.

GHG Protocol es un protocolo global para el cálculo y la gestión de las emisiones de gases de efecto invernadero. Es un estándar internacionalmente aceptado para medir y reportar las emisiones corporativas de gases de efecto invernadero, incluidos el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O). Es mantenido por el Instituto de Recursos Mundiales (WRI) y el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD). El GHG Protocol es ampliamente utilizado por empresas, gobiernos y organizaciones para medir y reducir sus emisiones, así como para difundir información relevante sobre sus actividades relacionadas con el clima.

Los REC de GAS son certificados de energía renovable para gas natural. Proporcionan una forma de prueba de que el gas natural consumido se generó a partir de fuentes renovables, como, por ejemplo, el biometano. Estos certificados pueden ser adquiridos por las empresas para aumentar su porcentaje de uso de energías renovables y así mejorar su huella ecológica, además de ser emitidos y negociados en mercados específicos, como el europeo.

Los Certificados de Energías Renovables (RECs) son certificados que acreditan la generación de energía eléctrica a partir de fuentes renovables. Son emitidos por agencias gubernamentales o entidades independientes y sirven como un mecanismo para incentivar el uso de fuentes de energía renovable. Cada REC representa 1 MWh de energía generada a partir de estas fuentes. El I-REC (Certificado Internacional de Energías Renovables) es el equivalente internacional del REC, con la misma función de incentivar la generación de energía renovable, pero aplicable a nivel internacional. Ambos pueden negociarse en el mercado como activos financieros.

La Unidad de Crédito para la Sostenibilidad (UCS) es una herramienta utilizada para incentivar acciones de descarbonización y promover una economía más sostenible. Esta unidad se otorga a empresas que implementan proyectos y prácticas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), y puede negociarse en el mercado financiero para incentivar la adopción de prácticas más sostenibles. Las UCS son verificadas y certificadas por organismos independientes, garantizando la transparencia y eficacia de los programas de compensación. De esta manera, la Unidad de Crédito de Sostenibilidad es un actor clave en el esfuerzo global para alcanzar las metas establecidas por el Acuerdo de París sobre el cambio climático.

El CBIOS, o Biofuel Decarbonization Credit, es una forma de fomentar la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero mediante el uso de biocombustibles más sostenibles. Cada CBIOS representa una tonelada de CO₂ eliminada de la atmósfera, lo que supone un impacto positivo en el medio ambiente. Las empresas y los países que adoptan prácticas más sostenibles en su producción de energía son recompensados con CBIOS, negociados en el mercado de activos, lo que hace que la inversión en soluciones más limpias y ecológicas sea aún más atractiva.

Los créditos de carbono se generan cuando una empresa, organización o individuo realiza una actividad que reduce las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Estas actividades pueden incluir la implementación de tecnologías más limpias, el uso de fuentes de energía renovables o la realización de prácticas de conservación. Cada crédito de carbono corresponde a una tonelada de dióxido de carbono que ya no se emite a la atmósfera. Estos créditos se pueden comprar y vender como una forma de compensar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de otras actividades. Las empresas y los países que compran créditos de carbono están financiando proyectos e iniciativas que ayudan a reducir las emisiones de GEI. A través de esta transacción, están compensando las emisiones de GEI que aún no se pueden evitar. El mercado de bonos de carbono está regulado por organismos internacionales y nacionales y cuenta con varias metodologías para certificar y validar proyectos que generan bonos de carbono.

Los Activos de Sostenibilidad Climática y Socioambiental son inversiones financieras que tienen como objetivo promover prácticas sostenibles y responsables con el medio ambiente y la sociedad. Están directamente relacionados con el desempeño económico de una empresa o país y buscan incentivar acciones de descarbonización y responsabilidad social. Los activos fueron creados con base en el Protocolo de Kioto, en 1997, que estableció metas para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, dándoles valor financiero e importancia en la negociación. Dichos activos son una forma eficiente de promover prácticas de inversión conscientes y un futuro más sostenible.

La Huella de Carbono, también conocida como Huella de Carbono, es una medida de la cantidad total de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero emitidos directa o indirectamente por una persona, empresa o nación. Incluye las emisiones de gases de efecto invernadero resultantes de actividades como la quema de combustibles fósiles para la producción de energía, el transporte, la producción de alimentos y otros bienes, así como el cambio de uso de la tierra. La huella de carbono es un método importante para evaluar el impacto ambiental de las actividades e identificar áreas de mejora. Permite a empresas, gobiernos e individuos monitorear y reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, contribuyendo a la lucha contra el calentamiento global. Además, la huella de carbono también se utiliza como indicador para evaluar el desempeño de las empresas y las inversiones en términos de sostenibilidad.

Traducido del inglés Global Reporting Initiative, la Iniciativa de Reporte Global es una organización internacional fundada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente. La Global Reporting Initiative (GRI) es una organización internacional sin fines de lucro que ofrece a las empresas directrices y estándares para la elaboración de informes de sostenibilidad. El objetivo de la GRI es ayudar a las empresas a medir y divulgar sus impactos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Estas informaciones permiten a inversores, empleados, gobiernos y otros grupos de interés comprender el desempeño de una empresa en temas relacionados con la sostenibilidad y evaluar su impacto en el medioambiente y la sociedad. La GRI es reconocida como líder mundial en sostenibilidad y sus directrices son ampliamente utilizadas por empresas de todo el mundo. Además, la GRI trabaja para promover la transparencia y la responsabilidad social de las empresas, contribuyendo al desarrollo de una economía más sostenible.

Carbon Disclosure Project (CDP) es una organización sin fines de lucro que busca ayudar a las empresas a gestionar sus emisiones de carbono. CDP trabaja con inversores, empresas y gobiernos para proporcionar información sobre las emisiones de gases de efecto invernadero y ayudar a las empresas a evaluar y gestionar sus emisiones. La organización también proporciona información sobre las acciones que las empresas están tomando para abordar el cambio climático. CDP involucra a empresas de todo el mundo y es una de las principales fuentes de información sobre las emisiones de carbono de las empresas globales. Además, el CDP es una herramienta importante para ayudar a las empresas a evaluar su huella de carbono e implementar estrategias para reducir sus emisiones. Al proporcionar información y orientación a las empresas, CDP está ayudando a construir una economía más sostenible y abordar el cambio climático.

El Dow Jones Sustainability Index (DJSI) es una herramienta financiera que evalúa el desempeño de las empresas en temas relacionados con la sustentabilidad. Es elaborado por S&P Dow Jones Indices y RobecoSAM, y busca brindar información a los inversionistas sobre el desempeño de las empresas en temas Ambientales, Sociales y de Gobernanza (ESG). El DJSI tiene en cuenta indicadores de desempeño económico, social y ambiental, con base en esta información clasifica a las empresas en diferentes niveles de desempeño sustentable. Es una forma de animar a las empresas a adoptar prácticas más responsables y permitir a los inversores evaluar el impacto de sus inversiones financieras en el desarrollo sostenible. El DJSI es una referencia mundial para inversiones responsables, reconocido como uno de los índices más respetados para evaluar el desempeño sostenible de las empresas.

El Índice de Carbono Eficiente (ICO2 B3) es una herramienta financiera elaborada por la Bolsa de Valores de São Paulo (B3) cuyo objetivo es evaluar el desempeño de las empresas en asuntos relacionados con las emisiones de carbono. Selecciona las empresas con las emisiones de gases de efecto invernadero más bajas y las incluye en un índice, lo que permite a los inversores aplicar sus recursos a aquellas con una huella de carbono más baja. Además, el ICO2 B3 tiene como objetivo incentivar a las empresas a adoptar prácticas más eficientes en términos de uso de energía y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. El ICO2 B3 se basa en rigurosos criterios de selección, que consideran el historial de emisiones de carbono de las empresas y su desempeño en relación con las políticas y objetivos de sostenibilidad. Como tal, es una herramienta importante para los inversores interesados en tomar decisiones financieras más responsables y para las empresas que desean mejorar su imagen para mejorar su desempeño ambiental.

El Índice de Sostenibilidad (ISE B3) es una herramienta financiera desarrollada por B3, la Bolsa de Valores de São Paulo, que evalúa el desempeño de las empresas en cuestiones Ambientales, Sociales y de Gobernanza (ESG). Busca brindar información a los inversionistas sobre el desempeño de las empresas en temas relacionados con la sustentabilidad y las clasifica en diferentes niveles de desempeño sustentable, considerando indicadores de desempeño económico, social y ambiental. Además, el ISE B3 es una forma de alentar a las empresas a adoptar prácticas más responsables en relación con el medio ambiente y la sociedad, y permitir que los inversores evalúen el impacto de sus inversiones financieras en el desarrollo sostenible. Estos índices cotizan en B3 y agregan valor financiero a las acciones de sostenibilidad empresarial. En resumen, el Índice de Sostenibilidad (ISE B3) es una herramienta importante para la inversión consciente.

La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) o Responsabilidad Social Empresarial (RSE) representa la preocupación de las empresas con el impacto social y ambiental de sus actividades. Es una forma de que las empresas actúen de manera ética y responsable, además de promover el desarrollo de su comunidad y la preservación del medio ambiente. Implica acciones como la inversión en proyectos sociales, la preservación de los recursos naturales, la promoción de condiciones dignas de trabajo y la lucha contra la corrupción, beneficiosas tanto para la imagen de la empresa como para la construcción de relaciones más sanas con todos los grupos de interés. Es un modelo de negocios en el que las empresas integran proyectos de desarrollo social en sus operaciones comerciales, para satisfacer simultáneamente las expectativas de los accionistas y partes interesadas y sus audiencias, internas o externas. Es importante resaltar que la RSE no es lo mismo que la filantropía, ya que se trata de acciones continuas e integradas en la política de gestión empresarial, y no de prácticas esporádicas u ocasionales como las acciones benéficas.

ESG (Environmental, Social and Governance) es un conjunto de prácticas administrativas que tienen como objetivo equilibrar el objetivo de rentabilidad financiera de las empresas con acciones sociales, ambientales y éticas responsables. La Agenda ESG incluye metas y objetivos para la reducción de los impactos ambientales de la producción de bienes y servicios, acciones económicas de descarbonización, protección de ecosistemas, preservación de las fuentes de agua, condiciones de trabajo dignas, transparencia en la gestión empresarial, lucha contra la corrupción y el lavado de dinero. La implementación efectiva de prácticas ESG valora el diálogo y la participación activa de todas las partes interesadas -los Stakeholders- en la construcción de un futuro más sostenible, promoviendo el desarrollo humano, el bienestar de la sociedad y la preservación del medio ambiente. La Agenda ESG es el plan de metas que engloba principalmente: – Reducción de impactos ambientales en el proceso de producción de bienes y servicios; – Acciones Económicas de Descarbonización, reducción de huella de carbono, Neto Cero y Carbono Negativo; – Mitigación de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI); – Preservación de ecosistemas y manantiales; – Reducción del impacto en las comunidades involucradas en la cadena productiva; – Políticas corporativas sobre condiciones de trabajo dignas; – Transparencia en la gestión empresarial, divulgación de datos, acciones de lucha contra la corrupción y el blanqueo de capitales. ESG se ocupa, sobre todo, de la convergencia de intereses de todas las partes interesadas, los Stakeholders, en todo el proceso de desarrollo económico mundial.

5R es un enfoque de gestión de residuos destinado a minimizar la cantidad de residuos generados y maximizar el reciclaje y la reutilización de materiales. Este enfoque se basa en cinco acciones principales: Reducir, Reutilizar, Reciclar, Reprocesar y Eliminar. Reducir significa intentar minimizar la cantidad de residuos generados, mediante cambios de comportamiento u optimización de los procesos productivos. La reutilización se refiere a elementos que han sido utilizados previamente, evitando la eliminación y la generación de nuevos residuos. El reciclaje se enfoca en transformar los desechos en nuevos materiales o productos. El reprocesamiento se enfoca en transformar los desechos en materia prima para ser utilizados nuevamente en los procesos productivos. Finalmente, Remove implica la disposición adecuada de los residuos que no pueden ser reciclados o reprocesados. Por tanto, la implantación de las 5R es una vía eficaz para garantizar la gestión ambientalmente correcta de los residuos y el fomento del desarrollo sostenible. Además, la adopción de estas prácticas puede traer beneficios económicos, como la reducción de costos con la gestión de residuos y la generación de nuevas oportunidades de negocio.

Regulación definida por ley en Brasil, la logística inversa es parte de la Política Nacional de Residuos Sólidos (PNRS). La Logística Inversa es un proceso de gestión de residuos y eliminación de productos al final de su ciclo de vida. El objetivo es promover la reutilización, el reciclaje y la eliminación responsable de los bienes, reduciendo el impacto ambiental y maximizando el uso de los recursos. Abarca desde la recogida selectiva y clasificación de residuos, hasta la reutilización y reciclaje de materiales. Es una práctica importante para la sostenibilidad y la preservación de los recursos naturales. Además, contribuye a la creación de nuevos negocios y puestos de trabajo en el área de gestión de residuos.

La Economía Circular es un enfoque sistémico para la gestión de recursos, que busca garantizar que el valor de los materiales y la energía se mantenga mientras se minimizan los impactos ambientales negativos. Es una alternativa a la economía lineal, basada en el modelo de “tomar, producir, consumir y desechar”. La Economía Circular pretende transformar el sistema económico actual, a través de procesos de reutilización, reciclaje y reparación, además del uso de fuentes de energía renovables. Este enfoque fomenta la colaboración entre empresas, gobiernos y sociedad, con el objetivo de garantizar la sostenibilidad de los recursos y un futuro más equilibrado para todos.

La economía verde es un enfoque de desarrollo económico que busca equilibrar la generación de riqueza con la preservación del medio ambiente y el uso responsable de los recursos naturales. Se centra en prácticas rentables que promuevan la eficiencia energética, el uso de fuentes de energía renovables y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. La economía verde también fomenta la innovación y el desarrollo de tecnologías más sostenibles, así como cambios en los patrones de consumo y producción. Es un enfoque integrado que considera el impacto ambiental y social de todas las actividades económicas. Por lo tanto, la economía verde se ve como una solución para lograr un desarrollo sostenible y combatir el calentamiento global.

La economía de descarbonización se refiere a la transición de una economía basada en fuentes de energía fósil a una economía basada en fuentes renovables y más limpias. El objetivo es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y minimizar el impacto negativo del uso de energía en la salud humana y el medio ambiente. La descarbonización es una de las principales medidas para combatir el calentamiento global y promover un futuro más sostenible. La economía de descarbonización incluye acciones como la eficiencia energética, la producción de energías renovables y la adaptación al cambio climático. Asimismo, la Economía Baja en Carbono promueve la expansión del consumo de bienes y servicios asociados al desarrollo sostenible y se asocia principalmente a incentivar el uso de energías renovables y mitigar el uso de combustibles fósiles en el proceso productivo industrial y/o agrícola.

Acuerdo entre países industrialmente desarrollados, que implica la reducción sistemática de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a la atmósfera, aplicadas a la producción de bienes y servicios para alcanzar metas específicas de sostenibilidad ambiental global. La Economía de la Descarbonización también está asociada a prácticas que incentivan una mayor absorción de carbono por parte de los territorios agrícolas o bosques forestales. Así, abarca todos los procesos de la cadena productiva, ya sea agrícola, industrial o de prestación de servicios.

El concepto de Desarrollo Sostenible se basa en la combinación de tres dimensiones interdependientes: económica, social y ambiental. El objetivo de este enfoque es maximizar el progreso económico sin dañar las condiciones de vida de las generaciones actuales y futuras y sin comprometer el equilibrio ambiental. Para lograr este objetivo, la ONU ha establecido 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que tienen como objetivo promover acciones concretas y alineadas globalmente para lograr este objetivo.

Uno de los tres pilares de la sostenibilidad, Ambiental es una dimensión fundamental del concepto de sostenibilidad, cuyo objetivo es promover la preservación de los recursos naturales, a través de prácticas de reutilización y reciclaje de materias primas, con el objetivo de minimizar los impactos negativos causados por actividad industrial Este enfoque se basa en la premisa de que la producción económica debe ser compatible con el desarrollo sostenible, buscando equilibrar las dimensiones ambiental, social y económica, con el fin de asegurar la supervivencia humana y preservar las condiciones para las generaciones futuras.

La sustentabilidad es un enfoque holístico que busca equilibrar el desarrollo económico con la preservación de los recursos naturales y la garantía de un bienestar social duradero. Implica un uso más eficiente y responsable de los recursos naturales, con miras a un desarrollo socioeconómico sostenible a largo plazo. La sustentabilidad se sustenta en tres pilares interdependientes: el medio ambiente, la sociedad y la economía, considerados de manera integrada en todas las decisiones y acciones empresariales.

Se trata de redes eléctricas avanzadas que combinan tecnología digital e inteligencia artificial para mejorar la eficiencia, seguridad y resiliencia en la generación, distribución y consumo de energía eléctrica. Permiten la comunicación bidireccional entre consumidores, distribuidores y generadores de energía, posibilitando una gestión más inteligente de la demanda energética. Además, las Smart Grids permiten la integración de fuentes de energía renovable, aumentan la seguridad del sistema eléctrico y automatizan la restauración de energía después de las interrupciones. Por tanto, las Smart Grids son soluciones modernas para garantizar la eficiencia y seguridad del suministro eléctrico.

La cogeneración cualificada es un tipo específico de generación cualificada que consiste en la producción conjunta de energía eléctrica y energía térmica (calor) a partir de una única fuente de energía primaria. En este caso, el proceso de producción de energía eléctrica va acompañado de la captación y aprovechamiento del calor residual generado, que puede ser utilizado con fines industriales, comerciales o de calefacción de espacios. La cogeneración calificada es altamente eficiente porque aprovecha el calor residual que se desperdiciaría en una generación eléctrica convencional, donde solo se produce electricidad. A menudo se emplea en industrias, hospitales, hoteles, edificios comerciales y otras instalaciones que tienen una gran demanda de calor y electricidad.

La Gestión Energética es una práctica que busca maximizar la eficiencia energética de una organización. Es un enfoque integrado que implica el monitoreo, análisis, control y optimización del uso de la energía eléctrica, con el fin de mejorar la calidad del suministro, garantizar la seguridad energética y reducir los costes. La gestión energética abarca todos los aspectos relacionados con el uso de la energía eléctrica, desde la generación hasta la distribución y el consumo, incluyendo también la gestión de los sistemas de almacenamiento de energía. Además, también está relacionada con la toma de decisiones estratégicas para mejorar el rendimiento energético a lo largo del tiempo.

Energy Storage System (ESS), o Energy Storage System, es una solución tecnológica que permite almacenar los excedentes de energía eléctrica generada por fuentes renovables, como la solar y la eólica, para ser utilizada posteriormente. Estos sistemas están compuestos por baterías, inversores, controladores y otros equipos que trabajan en conjunto para garantizar su eficiencia y eficacia. Además, el ESS también se puede utilizar para estabilizar la red eléctrica, actuando como regulador de voltaje y frecuencia, fundamental para la integración de fuentes renovables en el sistema eléctrico.

Las microrredes, también conocidas como microrredes, son sistemas eléctricos locales autosuficientes y controlables. Pueden operar conectados a la red eléctrica principal o de forma independiente (en modo “isla”), integrando fuentes de generación distribuida, almacenamiento de energía y cargas eléctricas. Con la capacidad de controlar y monitorear la generación, almacenamiento y distribución de electricidad, las Microredes contribuyen a resolver desafíos globales, como la creciente demanda de energía, mejorando la calidad del suministro eléctrico y la seguridad energética. Además, las Microrredes también están diseñadas para estar altamente integradas y automatizadas, permitiendo acciones de recomposición y autorrecuperación en caso de interrupciones en el suministro de energía.

Los aerogeneradores son dispositivos que se utilizan para generar energía eólica. Están compuestos por una hélice que gira a gran velocidad, impulsada por la fuerza del viento, y una máquina que genera electricidad. La energía cinética del viento se transforma en energía eléctrica a partir de la interacción de la hélice con la máquina generadora. Los aerogeneradores se instalan en parques eólicos, compuestos por muchos de estos que funcionan en conjunto, produciendo una cantidad importante de energía limpia y renovable. Además, las turbinas eólicas también se utilizan en aplicaciones no convencionales, como la generación de energía en barcos y plataformas marinas.

El Ambiente de Contratación Regulada (ACR) es un sistema en el cual la compra y venta de energía eléctrica se realiza bajo la regulación y supervisión del ente regulador del sector eléctrico. En este entorno, las tarifas eléctricas son fijadas por el regulador y los concesionarios de distribución de energía son los responsables de suministrar energía a los consumidores. Además, los concesionarios también son responsables de asegurar la calidad y continuidad del suministro de energía, así como de realizar inversiones en infraestructura eléctrica. La ACR se caracteriza por la existencia de una tarifa única para todos los consumidores, sin posibilidad de negociación entre generadores y compradores. La negociación energética en este entorno se da entre las concesionarias de distribución y el ente regulador, con el fin de fijar las tarifas de energía. En otras palabras, la ACR es una forma de garantizar el acceso universal a la energía eléctrica, así como su calidad y continuidad, a través de la regulación y supervisión del sector eléctrico.

El Ambiente de Contratación Libre (ACL) de energía es un sistema regulado por el gobierno que permite la libre negociación de energía eléctrica entre generadores y consumidores, sin la intermediación de concesionarios regulados. En este entorno, las empresas e instituciones pueden elegir su fuente de energía entre las diferentes opciones que ofrece el mercado, con base en criterios como calidad, precio, fuente de generación y seguridad. Además, la ACL también permite la negociación de electricidad generada por fuentes renovables, fomentando el uso de fuentes de energía limpia. Por tanto, el objetivo de la ACL es aumentar la eficiencia, transparencia y competitividad del sector eléctrico, así como fomentar la innovación tecnológica, la diversificación de la matriz energética y la reducción de costos para el consumidor final. Para ello, el ámbito de la contratación de energía libre está regulado por organismos gubernamentales, como la ANEEL, que establecen las reglas y normas para la comercialización de energía eléctrica en el mercado libre.

El Trading de Energía es el proceso mediante el cual los generadores de energía venden su producción a los consumidores finales oa otras empresas del sector eléctrico. Esta comercialización puede realizarse a través de contratos de largo plazo, subastas o en el Mercado Libre de Energía. El Energy Trading permite a los generadores obtener ingresos por la venta de su producción ya los consumidores acceder a una fuente de energía eléctrica de manera más eficiente y competitiva. Además, es fundamental para el funcionamiento del sector eléctrico y para el desarrollo de las fuentes de energía renovables. Esta comercialización de energía se divide entre dos modelos de mercado: el Ambiente de Contratación Regulada (ACR) y el Ambiente de Contratación Libre (ACL).

El Mercado Libre de Energia es una plataforma de comercialización de energía eléctrica que permite la compra y venta directa de energía entre generadores y consumidores, sin la intermediación de concesionarios regulados. El mercado se basa en subastas y ofrece la posibilidad de elegir la mejor oferta, según las necesidades de cada empresa consumidora. Además, el Mercado Libre de Energía también favorece la venta de fuentes de energía renovables, ampliando el acceso a fuentes de energía limpia. Además, contribuye a la promoción de la competitividad, la eficiencia y la diversificación en la industria de generación y comercialización de energía eléctrica.

La Generación Centralizada es la forma más tradicional y común de generación de electricidad, que involucra la producción a gran escala en instalaciones como centrales hidroeléctricas, termoeléctricas y nucleares. Esta energía luego se distribuye al sistema de energía eléctrica, a través de líneas de transmisión y subestaciones, para ser entregada a los consumidores. Este modelo de generación de energía, por tanto, se caracteriza por su eficiencia y capacidad para atender la demanda de grandes núcleos urbanos y comarcas.

La generación compartida es una modalidad en la que varias unidades de consumo, como viviendas, comercios o inmuebles en general, comparten la energía solar generada por un único sistema fotovoltaico instalado en algún lugar. Para viabilizar este esquema, es importante que los consumidores, tanto personas naturales como jurídicas, estén ubicados en la misma zona de concesión o permiso que la distribuidora de energía y cuenten con sistemas de microgeneración o minigeneración distribuida para consumir esta energía. La microgeneración distribuida se caracteriza por tener una capacidad instalada de hasta 75 kilovatios (kW) para conexión a la red eléctrica. La minigeneración distribuida cubre los sistemas con una capacidad instalada de más de 75 kW y hasta 5 megavatios (MW). Estas instalaciones pueden conectarse a la red eléctrica convencional, permitiendo inyectar a la red los excedentes de energía generados y compensarlos posteriormente.

La Generación Distribuida es una forma de producción de electricidad que consiste en la generación de energía a pequeña escala, ubicada cerca del lugar de consumo. Se genera principalmente por fuentes renovables como la solar, eólica, hidroeléctrica y biogás. La Generación Distribuida permite la reducción de pérdidas de energía en transmisión y distribución, además de ser una alternativa más sustentable y económica. La implementación de pequeñas plantas de generación distribuida también contribuye a la seguridad energética ya la descentralización de la producción de energía. Por tanto, es una tendencia que ha ido creciendo y puede ser una solución eficiente a la necesidad de energía eléctrica.

Los parques solares son instalaciones para generar electricidad a partir de la radiación solar. Funcionan captando la luz solar mediante paneles fotovoltaicos, que convierten la energía en corriente eléctrica. Los parques solares se instalan en grandes áreas con buena exposición solar, generalmente en regiones con bajo impacto ambiental. Se pueden instalar tanto en suelo como en cubiertas de edificios, en función de las necesidades energéticas y la disponibilidad de espacio. Además, los parques solares están dirigidos a empresas e instituciones que quieran reducir su huella de carbono y su dependencia de fuentes de energía fósil, con el fin de obtener ahorros en su factura eléctrica. Aún así, son una alternativa para las regiones con poco acceso a la electricidad, ya que pueden proporcionar electricidad de forma independiente y limpia.

Los parques eólicos son instalaciones para generar electricidad a partir del viento. Consisten en aerogeneradores compuestos por palas y un motor eólico, que convierten la energía eólica en electricidad. Los parques eólicos se clasifican en dos tipos: parques eólicos terrestres y marinos. Los onshore se instalan en tierra firme, mientras que los offshore, en plataformas submarinas o en la costa del mar. Dado esto, estas tecnologías son importantes en la transición a fuentes de energía renovable y en la mitigación del impacto del uso de energía en el cambio climático. La terminología utilizada hace referencia a un parque eólico, en inglés “Wind Farm”. Por lo tanto, esta tecnología sirve a varios mercados, incluida la generación de energía distribuida, la energía para comunidades remotas y su producción para la industria.

Las plantas fotovoltaicas son instalaciones que convierten la luz solar en energía eléctrica mediante el uso de células solares fotovoltaicas. Estas celdas están compuestas de material semiconductor, como el silicio, que transforma la energía solar en corriente eléctrica. Hay dos tipos de plantas fotovoltaicas: las conectadas a la red eléctrica y las aisladas de la red. Las plantas conectadas a la red suministran electricidad durante el día y la extraen de la red durante la noche, mientras que las plantas aisladas se utilizan en áreas remotas sin acceso a la red eléctrica. Además de servir a varios mercados, incluida la generación de energía distribuida, la energía para comunidades remotas y la producción de energía para la industria, las plantas de energía fotovoltaica se consideran una fuente de energía eléctrica limpia y renovable. Además, el desarrollo de esta tecnología ha contribuido a la transición global hacia fuentes de energía más limpias y renovables.

La generación eólica es una forma de producción de electricidad que utiliza la energía del viento para generar electricidad. Esto se logra por medio de turbinas eólicas, que convierten el movimiento del viento en energía mecánica y, posteriormente, en energía eléctrica. La generación eólica es ampliamente utilizada como fuente de electricidad en todo el mundo, tanto en sistemas aislados como interconectados a la red eléctrica. Es una fuente de energía limpia y renovable, no emitiendo gases de efecto invernadero ni otros contaminantes durante su funcionamiento. La generación eólica se puede clasificar en dos tipos principales: en tierra y en alta mar. La generación eólica terrestre utiliza aerogeneradores instalados en tierra firme, generalmente en zonas rurales o de baja densidad de población. La generación eólica marina, por su parte, utiliza aerogeneradores instalados en plataformas submarinas, aprovechando los vientos más fuertes y constantes presentes en el mar. Además, la generación eólica es una opción viable y rentable, especialmente en relación con las fuentes de energía basadas en combustibles fósiles. La tecnología de turbinas eólicas también avanza rápidamente, lo que hace que la generación eólica sea más eficiente y asequible.

La generación fotovoltaica, también conocida como generación solar, es una forma de producción de energía eléctrica que utiliza células solares para convertir la radiación solar directamente en electricidad. Esta tecnología se basa en el efecto fotovoltaico, que se produce cuando los fotones de la luz solar inciden sobre los materiales semiconductores de las células solares, generando electrones libres, recogidos y convertidos en corriente eléctrica. La generación fotovoltaica es ampliamente utilizada en sistemas aislados, como sistemas de iluminación, bombas de agua y otros equipos. También se incorpora en los sistemas de generación centralizados, donde las celdas solares se instalan en grandes paneles y se interconectan en sistemas que suministran energía eléctrica a las redes eléctricas. La ventaja de la generación fotovoltaica es su carácter limpio y renovable, ya que no emite gases de efecto invernadero ni otros contaminantes durante su funcionamiento. Además, la fuente de energía utilizada, la luz solar, es abundante y está disponible en todo el mundo, lo que convierte a la generación fotovoltaica en una opción viable y sostenible para la producción de electricidad. Es una opción importante en la transición hacia fuentes de energía más limpias y renovables.

El biometano es una fuente de energía renovable que se produce a partir de la biodegradación de residuos orgánicos en un proceso de digestión anaeróbica. En este proceso, las bacterias descomponen la materia orgánica sin la presencia de oxígeno, liberando metano como uno de los subproductos. Este metano puede ser capturado y purificado para ser utilizado como gas combustible en vehículos o para generar electricidad en plantas termoeléctricas. El biometano también se puede producir a partir de una amplia gama de desechos orgánicos, incluidos desechos agrícolas, alimentos, aguas residuales y desechos animales. Además, el proceso de producción de biometano se puede llevar a cabo a escala local o en plantas comerciales, lo que lo convierte en una opción viable para comunidades remotas o regiones con poco acceso a la electricidad.

El biogás es una fuente de energía renovable que se produce a partir de la descomposición anaeróbica de desechos orgánicos, como restos de comida, aguas residuales y estiércol animal. Esta descomposición da como resultado la liberación de una mezcla de gases, principalmente metano y dióxido de carbono. El biogás se puede utilizar de forma natural o en un proceso de producción industrial controlado, con el objetivo de generar energía a través de la combustión. Así, el Biogás es una alternativa viable y sostenible para la generación de energía eléctrica y térmica, además de ser una solución eficiente para el tratamiento de residuos orgánicos. Además, se puede utilizar en plantas de generación de energía, industrias, sistemas de calefacción y vehículos que funcionan con gas natural.

Los biocombustibles líquidos son combustibles derivados de fuentes renovables, como plantas o residuos agrícolas. Se producen mediante procesos de fermentación o destilación y se utilizan en vehículos como alternativa a los combustibles fósiles convencionales. Algunos de los biocombustibles líquidos más comunes incluyen etanol, biodiesel y bioquímicos. Estos combustibles tienen la principal ventaja de ser renovables y capaces de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, la producción de biocombustibles líquidos puede ser una importante fuente de empleo e ingresos en las zonas rurales.

Los biocombustibles son fuentes de energía renovables, producidas a partir de materias primas de origen biológico, como la caña de azúcar, el maíz, la soja y otros cultivos agrícolas. Estos combustibles pueden utilizarse como sustitutos de los combustibles fósiles. Se consideran una alternativa más sostenible, ya que su producción y uso contribuyen a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y otros contaminantes, así como su producción mecanismo de desarrollo económico en regiones con gran producción agrícola.

El hidrógeno verde es una fuente de energía limpia y renovable obtenida a través de medios sostenibles. El proceso de producción de Hidrógeno Verde implica la descomposición del agua en hidrógeno y oxígeno, aplicándole corriente eléctrica. Este proceso se conoce como electrólisis, y su eficiencia se puede medir mediante el indicador “Eficiencia actual”, que representa la relación entre la corriente eléctrica aplicada y la cantidad de hidrógeno producido. Además de ser limpio y renovable, el hidrógeno verde ofrece una serie de ventajas sobre las fuentes de energía fósil. Por ejemplo, no produce emisiones de gases de efecto invernadero ni contaminantes del aire, por lo que es una opción viable para reducir su huella de carbono y mitigar su impacto ambiental. Además, es una fuente de energía muy versátil, ya que se puede producir en cualquier lugar donde existan fuentes de energía renovable, lo que permite su uso en regiones remotas y desatendidas.

La energía eólica es una fuente de energía limpia y renovable que aprovecha la fuerza del viento para producir electricidad. La conversión de la energía cinética del viento en energía eléctrica se realiza mediante aerogeneradores, también conocidos como aerogeneradores. Estas estructuras giran debido a la fuerza del viento, generando electricidad. La eficiencia de conversión depende de varios factores, como la velocidad del viento y la eficiencia de la turbina eólica. La generación de energía eólica es una vía importante para obtener energía limpia y renovable, contribuyendo a la preservación del medio ambiente y la mitigación del cambio climático. Por lo tanto, es una alternativa viable a las fuentes de energía no renovables ampliamente utilizadas en todo el mundo. Además, la tecnología de turbinas eólicas ha evolucionado significativamente, haciendo que la generación de energía eólica sea más eficiente y económica.

La Energía Solar o Energía Fotovoltaica es una fuente de energía limpia y renovable generada a partir de la captación de la luz solar por medio de celdas solares. La energía solar, conocida como Energía Fotovoltaica o Solar Photovoltaic, en inglés, es ampliamente utilizada en sistemas solares domésticos y comerciales, así como en sistemas a gran escala para proveer de energía eléctrica a comunidades enteras. La energía solar se genera mediante celdas solares, también conocidas como paneles solares, que consisten en capas delgadas de silicio u otro material semiconductor. Cuando la luz del sol golpea la superficie de las células solares, se generan electrones a través del efecto fotovoltaico. Estos electrones son capturados y convertidos en corriente eléctrica utilizable. Los sistemas solares domésticos y comerciales generalmente consisten en paneles montados en el techo de una casa o edificio, mientras que los sistemas solares a gran escala generalmente se instalan en granjas solares, capaces de suministrar energía eléctrica a comunidades enteras. Además, la energía solar también se puede almacenar en baterías para su uso durante la noche o en condiciones climáticas adversas.

Energía limpia es aquella que proviene de fuentes renovables que no liberan contaminantes a la atmósfera, provocando impactos mínimos en el lugar de instalación. Estas fuentes de energía sostenible incluyen la energía eólica (generada por el viento), la energía solar (captada de la luz solar), la energía mareomotriz (obtenida del movimiento de las mareas), la energía geotérmica (del calor de la Tierra), la energía hidráulica (del movimiento de agua), nuclear (obtenida a través de reacciones nucleares) y biomasa (derivada de materia orgánica). El uso de energía limpia, una vez fomentado en todo el mundo, reduce la dependencia de fuentes de energía no renovables, como los combustibles fósiles, y mitiga los impactos negativos en el medio ambiente. Algunas formas de energía limpia se destacan en su crecimiento y expansión, como la energía solar y eólica, que dominaron la expansión de la capacidad con una alta participación de todas las fuentes de energía limpia. Dado este concepto, la búsqueda de una transición hacia el uso de energías limpias es fundamental para asegurar la sostenibilidad del planeta y reducir los impactos negativos de las actividades humanas sobre el medio ambiente.